El viajero debe conocer que la transmisión de la enfermedad es mayor en las estaciones lluviosas y calurosas. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS) los viajeros internacionales están expuestos a la infección por paludismo en casi un centenar de países situados, en su mayoría, entre los trópicos de Cáncer y Capricornio, siendo especialmente complicada la situación en los estados de África subsahariana donde la forma mortal de la malaria constituye un grave problema de salud pública. La infección se transmite por la picadura del mosquito anopheles hembra infectado (no todos los mosquitos tienen por qué ser portadores del parásito responsable de la enfermedad) que, generalmente, realiza la picadura entre la puesta y la salida del sol.
De cara a prevenir la picadura del mosquito y, por lo tanto, el desarrollo de una infección por malaria, es recomendable que los viajeros empleen repelentes, mosquiteras y prendas de manga larga, con el objetivo de alejar al principal vector de contagio de la enfermedad. No obstante, utilizar este tipo de medidas de prevención ante el mosquito anopeheles no asegura completamente al viajero.