La malaria es una enfermedad infecciosa que se contagia por la picadura de la hembra infectada del mosquito anopheles. Este mosquito, perteneciente a la familia Culicidae, habita en los cinco continentes; no obstante, los paises o zonas endémicas en los que la enfermedad continúa siendo un factor de riesgo se encuentran, principalmente, entre los trópicos de Cáncer y Capricornio, siendo especialmente intensa en regiones de África, Asia y América, lo que provoca que casi la mitad de la población mundial viva en una área de riesgo de contagio de malaria.
Al viajar a un país con malaria se aumentan las posibilidades de contacto con el vector de transmisión de la enfermedad (el mosquito anopheles hembra infectado) y, por lo tanto, las posibilidades de contraer la enfermedad, por lo que sí se puede contraer malaria durante un viaje. No obstante, ésto no significa que la persona infectada durante un viaje tenga que desarrollar una sintomatología clara durante su estancia en la zona de riesgo, sino que puede presentar un cuadro de malaria importada al regresar a su lugar de origen. Los síntomas del paludismo, que suelen manifestarse a la semana de haber recibido la picadura del transmisor, pueden llegar a confundirse con los de la gripe común y constan de fiebre, escalofríos, dolor de cabeza o vómitos.
Voy a viajar a un país con malaria ¿debo ir al médico siendo turista?
La OMS recomienda que, antes de viajar a países con paludismo endémico, se acuda al centro nacional de control de enfermedades de correspondiente al país o región del viajero. Allí, los profesionales sanitarios especializados en enfermedades infecciosas serán los encargados de asesorar al turista en síntomas de la malaria, medidas de prevención o profilaxis anti malaria.
¿Qué es la malaria de aeropuerto?
La malaria de aeropuerto se produce cuando, por el desarrollo de los sistemas de transporte, la hembra del mosquito anopheles infectada por el parásito Plasmodium, viaja hasta un país o área libre de paludismo en aviones o maletas desde una zona donde la enfermedad continúa vigente. En estas situaciones los vectores de contagio de la enfermedad son ‘trasladados’ fuera de su hábitat, expandiendo las posibilidades de contraer la malaria en regiones donde la enfermedad está erradicada.