Aunque el paludismo va disminuyendo cada vez más en América Latina, se han detectado un aumento de los casos de malaria en Venezuela. Los expertos atribuyen este crecimiento a la decadencia del sistema sanitario en el país como consecuencia de la crisis política y económica.

Hace cincuenta años, Venezuela era uno de los principales países de Latinoamérica en la lucha contra el paludismo. La enfermedad no estaba completamente erradicada, pero los casos disminuían de manera progresiva cada año.

Sin embargo, en los últimos tiempos, la malaria ha golpeado con fuerza al país, considerándose en 2019 la nación más afectada de Suramérica con 400.000 casos diagnosticados.

La quiebra del sistema de salud

En el informe sobre paludismo de la Organización Mundial de la Salud (OMS) se advertía sobre la gravedad del caso del aumento de malaria en Venezuela y se señalaba como culpable a “la falta de acceso a medicamentos, la debilitación de programas de control de vectores y el movimiento de población del estado de Bolívar a otras áreas del país”.

En Bolívar, el estado más grande de Venezuela, el negocio de las minas ilegales de oro atrae a muchos venezolanos cada año. Esta región pertenece al área malárica meridional y existe trasmisión del paludismo durante todo el año.

Las estrategias clásicas de control de vectores resultan insuficientes debido a la resistencia de los mosquitos. Esto, junto a factores como la construcción de viviendas provisionales no adecuadas para el rociamiento, la continua exposición de los trabajadores al mosquito y la alta movilidad han provocado un aumento de los casos de malaria.

La enfermedad se ha expandido rápidamente por todo el país y, actualmente, hay casos en más de la mitad de los 23 estados. Entre las cepas presentes se encuentra la Plasmodium falciparum, la forma más letal y grave de la malaria.

El diagnóstico rápido y el tratamiento eficaz son esenciales para que la malaria no se complique, pero en los últimos meses, con la crisis económica, se ha producido un desabastecimiento de alimentos, medicinas, insumos médicos y un colapso del sistema de salud que ha agravando aún más la situación.

El gran desafío, en este caso, es identificar y evaluar a las personas con más probabilidades de infección. Por eso, es de especial relevancia que las comunidades con mayor riesgo de malaria en Venezuela estén informadas sobre la creciente amenaza.

En definitiva, la vigilancia es crucial y se debe utilizar para crear conciencia en las autoridades venezolanas con el fin de que reconozcan la crisis a la que se está enfrentando el país y busquen una solución de forma rápida y eficiente.

Referencias
http://ve.scielo.org/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S1690-46482014000200012
https://pdfs.semanticscholar.org/da94/287a1c06721fa8466e7c7a4d2192f654dced.pdf
https://www.paho.org/venezuela/index.php?option=com_content&view=article&id=374:malaria-portada&Itemid=514