La malaria es una enfermedad febril aguda caracterizada por una sintomatología que incluye fiebre, escalofríos, dolor de cabeza o vómitos y que suele hacerse patente a la semana de haber recibido la picadura del transmisor: mosquito anopheles hembra. Cada año se producen entre 200 y 300 millones de casos de malaria en todo el mundo; de ellos, un millón fallece a causa de esta enfermedad, el 90% en el África subsahariana.
Sobre la malaria
La OMS recomienda el uso de mosquiteras y la fumigación de espacios interiores
De cara a para el controlar y prevenir el contagio de la malaria deben tenerse en cuenta varios aspectos a la hora de viajar a regiones donde la enfermedad no esté erradicada. En áreas con casos de malaria; utilice prendas largas que cubran su cuerpo; emplee repelentes para mosquitos que contengan DEET (N,N-Dietil-meta-toluamida); y recuerde permanecer bajo una mosquitera a la hora de dormir (las horas nocturnas son el momento de máxima exposición). En cualquier caso, consulte con su profesional sanitario de referencia.
La malaria se caracterizada por incluir: fiebre, escalofríos, dolor de cabeza o vómitos
fiebre
escalofríos
dolor de cabeza
vómitos
Los síntomas son consecuencia del avance parasitario de la infección por el torrente sanguíneo
Además de fiebre, escalofríos, dolor de cabeza o vómitos, la malaria puede incluir síntomas como la presencia de sangre en las heces, ictericia (amarilleo de la piel), dolor muscular o espasmos. El diagnóstico de la infección de un paciente por malaria se confirma mediante la realización de un examen tanto de la cantidad como de la forma de las células sanguíneas del paciente. Este tipo de pruebas, conocidos como ‘frotis de sangre’, son tomados a intervalos de seis a doce horas. Asimismo, un hemograma identificará la anemia si está presente.
El diagnóstico se realiza con un examen de la cantidad y forma de las células sanguíneas
Los pacientes infectados por malaria suelen requerir su ingreso en el hospital, especialmente los afectados por el parásito «P. falciparum». El tratamiento farmacológico varía en función del lugar en el que se haya contraído la infección. Algunos pacientes pueden necesitar cuidados médicos y asistencia respiratoria.
La picadura de la hembra del mosquito anopheles es la responsable del contagio de la enfermedad
La malaria es una enfermedad causada por la introducción de un parásito en el torrente sanguíneo del infectado, tras la picadura del mosquito anopheles. Este tipo de parásitos, los ‘esporozoítos‘, alcanzan las células del hígado (los hepatocitos) donde se reproducen hasta el momento en el que rompen este tipo de células y son liberados a la circulación sanguínea en forma de ‘merozoítos‘. Una vez en la sangre, los merozoítos infectan a los glóbulos rojos, propiciando su rotura en un periodo de entre dos y tres días (48/72 horas) después de la infección. La malaria también puede ser transmitida mediante transfusiones sanguíneas y, en el caso de mujeres embarazas, de forma congénita al feto.
La elección y prescripción de un antipalúdico debe hacerla un profesional sanitario
Existen medicamentos que aseguran una profilaxis muy efectiva para evitar el contagio de la malaria, que puede ser incluso mortal. La elección y prescripción de un antipalúdico debe hacerla un profesional sanitario, que tendrá en cuenta el estado de salud del paciente, la zona a la que viaja y la duración de la estancia. Según el medicamento recetado, se deberá empezar con la profixalis una semana o 1-2 días antes de viajar al país. Se debe seguir el tratamiento los días que dure la estancia en dicho destino y al regresar, en función del fármaco, continuará tomándolo una semana o 28 días. Es muy importante no olvidar ninguna dosis. Recuerde llevar pastillas suficientes para todos los días de viaje, en el país de destino es posible que no se encuentren.
Los parásitos que contagian la malaria llegaron procedentes de la India hace 2.500 años
El parásito responsable de la llegada de la malaria a la península ibérica llegó procedente de la India en el siglo V antes de Cristo. Diversas investigaciones han demostrado, después de haber generado millones de secuencias de los parásitos causantes de la malaria y reconstruir su genoma mitocondrial, que la secuencia europea del parásito ‘P. falciparum’ pertenece a una cepa encontrada únicamente en la India.
Aunque los primeros casos de malaria en seres humanos se remontan a la Prehistoria, los datos más tempranos que describen de forma clara la enfermedad se remontan a la época de introducción de la enfermedad en España, cuando Hipócrates mencionó las ‘fiebres intermitentes’, denominación con la que era conocida la malaria en la Antigüedad.
La OMS declaró erradicada la malaria en España en 1964
La malaria, o paludismo, fue una enfermedad con una amplia presencia en España desde su introducción en el siglo V a.C. hasta 1964, cuando la Organización Mundial de la Salud (OMS) declaró erradicada la enfermedad en el país tras los exitosos resultados del Plan de Operaciones para la Erradicación del Paludismo en España, rubricado con el ente internacional en 1959.
Este plan consistió en un programa de vigilancia epidemiológica activa que se sumó a la ya existente red de dispensarios antipalúdicos y al seguimiento de la enfermedad por parte del Instituto Antipalúdico de Navalmoral de la Mata, que asumió la dirección científica ante la malaria hasta su erradicación.
La falta de inmunización de los aborígenes hizo que la malaria tomara dimensiones epidémicas
El encuentro entre las culturas de la orilla este del océano Atlántico con los indígenas americanos, y la falta de inmunización de éstos ante las plagas que habían afectado a Europa, África y Asia, propició que la llegada de la malaria a América adoptara dimensiones epidémicas entre los aborígenes. Estudios recientes han confirmado que los parásitos que -actualmente- contagian la malaria en América son casi idénticas a las variantes del parásito que actuó en Europa hasta el siglo XX, lo que confirma la hipótesis de que la malaria fue introducida durante el descubrimiento de América entre los siglos XV y XVI.
Fecha de publicación: 31 de diciembre de 2018.